Al momento de vivir o experimentar una situación dificil en nuestras vidas, que generan una carga mental, un sentimiento de sin sabor interno, miles de preguntas sin respuesta,  lo primero que pensamos es en acudir a diferentes tipos de terapias, donde sabemos que entienden los orígenes de los comportamientos y cuentan con incontables técnicas de ayuda, que tal vez puedan liberarnos de tales pensamientos e ir mermando el peso mental de la situación, ó quizá nos inclinemos por terapias más enfocadas en la espiritualidad y el ser como religión, coaching, desarrollo personal, libros de autoayuda, sesiones alternativas, en fin, un sin número de excelentes opciones con las que contamos actualmente y aún después de todo no encuentras el camino, sigues sintiendo el vacío de respuestas concretas.

¿Has intentado de todo?

Y sigues sin tener resultados

Pués pasa que en la mayoría de los casos anteriores los procesos o ayudas siguen siendo genéricas, siguen planteandose bajo un principio o estandar que generaliza la universalidad de la ayuda (Diseñada para ayudar a tod@s), lo que causa que la individualidad de cada persona, la configuración interna del ser no sea tomada en cuenta, que se pierda, teniendo como resultado una limitante a la efectividad de la ayuda y la perdida de bienestar de la persona.

¿Porqué?

La Individualidad